Descubrir que te han hackeado una cuenta —sea del banco o de un exchange de criptomonedas— es una experiencia estresante y urgente. En esos momentos las reacciones impulsivas (pagar un rescate, cerrar la app sin más) pueden empeorar la situación. Este artículo te guía, paso a paso y con calma, sobre qué hacer inmediatamente, cómo gestionar la recuperación y qué medidas adoptar para minimizar daños y evitar que vuelva a ocurrir.
1. Actúa ya: bloquea el acceso y limita el daño
- Bloquea la cuenta si la plataforma lo permite (bloqueo temporal, suspensión de operaciones).
- Cambia la contraseña desde otro dispositivo seguro (no desde el equipo que creas comprometido). Usa una contraseña larga y única.
- Desactiva o revoca todas las sesiones activas: muchas plataformas muestran dispositivos/sesiones abiertas —ciérralas todas.
- Revoca claves API y accesos de terceros si usas exchange o servicios conectados.
- Si hay movimientos no autorizados, solicita de inmediato la retención o reversión de transferencias (en bancos) o el “freeze” de retiros (en exchanges). Aunque no siempre es posible, cuanto antes lo solicites más opciones tendrás.
2. Contacta con la entidad y con el soporte del exchange
- Llama por teléfono al número oficial del banco o del exchange (no a enlaces de correos o redes sociales). Busca el teléfono en la web oficial o en documentación que ya tengas.
- Explica con calma: qué ha ocurrido, cuándo lo detectaste, qué movimientos no reconoces. Pide que creén un expediente o número de incidencia y anota ese identificador.
- Exige medidas inmediatas: bloqueo de cuenta, investigación interna, reversión de operaciones si procede y comunicación por escrito del seguimiento.
- Si el exchange es centralizado, solicita el bloqueo de retiros y la trazabilidad on-chain de los movimientos (si aplica). Si es descentralizado, pide indicaciones sobre pasos a seguir y si hay protocolos de congelación (aunque en DeFi eso suele ser más complejo).
3. Denuncia formal: policía y órganos competentes
- Presenta una denuncia ante las fuerzas y cuerpos de seguridad (policía nacional, guardia civil u organismo local según tu país). La denuncia es imprescindible para iniciar investigaciones y reclamar. Incluye: fechas, capturas de pantalla, transacciones sospechosas y, si procede, conversaciones con soporte.
- En muchos países existen unidades especializadas en delitos informáticos; solicita que remitan el caso a ellas.
- Conserva copia sellada de la denuncia: bancos y aseguradoras la pedirán como prueba.

4. Documenta todo: la evidencia es clave
- Haz capturas de pantalla (pantalla completa, con fecha/hora visible) de la actividad sospechosa: movimientos, accesos, correos de confirmación, emails de restablecimiento.
- Apunta un timeline: hora en que detectaste el hackeo, acciones realizadas, llamadas y correos enviados y nombres de interlocutores.
- Descarga y guarda extractos bancarios o históricos de exchange en formato PDF.
- No borres mensajes o correos entrantes relacionados: pueden ser prueba. Mantén los logs del dispositivo si sabes cómo obtenerlos.
5. Escanea y asegura tus dispositivos
- Asume que el atacante pudo acceder a alguno de tus dispositivos. Haz un escaneo completo con antivirus/anti-malware desde un equipo seguro.
- Si sospechas compromiso profundo, considera usar un dispositivo limpio para todas las gestiones relacionadas (otro ordenador o móvil que no haya sido usado para entrar en la cuenta comprometida).
- Cambia todas las contraseñas (email, banca, exchanges, gestores de contraseñas) desde dispositivos seguros y con contraseñas únicas y robustas.
- Activa o refuerza la autenticación de dos factores (2FA) preferiblemente con app (Authenticator, Authy) o llaves físicas (YubiKey) —evita el SMS cuando sea posible.
- Revisa y elimina software sospechoso, extensiones del navegador desconocidas y aplicaciones que no reconozcas.
6. Reclama y solicita recuperación de fondos
- En bancos tradicionales, pide la investigación de operaciones fraudulentas y la posibilidad de cobro por devolución (chargeback) o responsabilidad bancaria. Exige plazos y el número de expediente.
- En exchanges, solicita la investigación de transacciones y la posibilidad de revertir transferencias (si los fondos siguen en control de la plataforma o si hay cooperación entre plataformas).
- Si los fondos fueron enviados on-chain (cripto), solicita las direcciones de destino y pide a la entidad que se coordine con el exchange receptor para congelar esas cuentas. No es garantía, pero ayuda a las investigaciones.
7. Notifica a terceros y protege tu identidad
- Informa a tu auditor crediticio o buró de crédito: pide alertas o bloqueo temporal para evitar solicitudes de préstamos o apertura de nuevas cuentas.
- Si datos personales fueron robados, contacta con servicios de protección de identidad o con la autoridad de protección de datos de tu país para reportar el incidente.
- Cambia preguntas de seguridad y revisa cualquier documento digital que pueda permitir suplantación (DNI escaneado, fotos, etc.).
8. No cedas ante extorsiones ni pagues rescates impulsivamente
- Pagar un rescate no garantiza la devolución y suele incentivar más ataques.
- Si recibes demandas de pago, ponte en contacto con las autoridades; la denuncia es la vía adecuada.
- Consulta con asesoría legal antes de tomar medidas económicas extraordinarias.

9. Considera apoyo profesional y legal
- Si los montos son significativos, consigue asesoría legal especializada en delitos informáticos y reclamaciones financieras.
- Existen empresas y consultores de respuesta a incidentes (IR) que ayudan a investigar, preservar evidencia y coordinar con autoridades y exchanges. Pueden ser costosos, pero útiles en casos complejos.
10. Aprende y refuerza: medidas preventivas a futuro
- Usa gestores de contraseñas y contraseñas únicas para cada servicio.
- Activa 2FA con apps o llaves físicas.
- Mantén software y sistemas actualizados.
- Utiliza hardware wallets para cripto si guardas cantidades significativas: mantener claves offline reduce enormemente el riesgo.
- Desconfía de correos, enlaces y archivos adjuntos (phishing). Verifica siempre la URL y la fuente.
- Mantén copias seguras de documentos importantes en soportes offline o cifrados.
- Divide fondos: deja en cuentas de uso diario lo imprescindible y guarda el resto en almacenamientos más seguros o cold wallets.
Conclusión
Ser víctima de un hackeo es una situación grave, pero la forma en que reaccionas puede marcar la diferencia entre recuperar (al menos parcialmente) tus activos o sufrir pérdidas irreparables. Actuar con rapidez, documentar todo, coordinarte con tu banco/exchange y denunciar a las autoridades son pasos imprescindibles. A partir de la experiencia, refuerza la seguridad: cambios de contraseña, 2FA robusto, limpieza de dispositivos y, para cripto, optar por cold wallets para las cantidades importantes.
La prevención y la preparación son el mejor antídoto: cuantas más barreras y mejores hábitos implementes hoy, menor será la probabilidad de vivir esa situación mañana.